Marzo 1999 / Antonio Caravantes

Polos de la sociedad

...El aparente incremento de libertad individual no siempre nos hace realmente más libres. Siguiendo con el símil automovilístico, parece que el vehículo-personal pueda aportarnos más libertad inmediata para desplazarnos, pero finalmente nos atrapa en un montón de obligaciones y perjuicios, deteriorando nuestra calidad de vida.

Ni siquiera creo que haya mucha libertad en Internet. Permitidme que os copie algo que ya publiqué a finales del 97 y que sigue bastante vigente, al menos sigue reflejando mi posición:

La revolución de las comunicaciones incluye paradojas que no son fácilmente comprensibles.

Internet nos ofrece la posibilidad de relacionarnos con personas muy remotas que tengan nuestros mismos intereses, pero cada vez parecemos más alejados de esa persona que vive en la casa de al lado &emdash;por cierto, hoy me he enterado que el vecino también es internauta&emdash;.

El hecho de que Internet sea una comunidad multinacional y sin jerarquías, suele llevarnos a la precipitada conclusión de que es la democracia suprema, con igualdad de oportunidades y con una libertad total. Pensemos un poco sobre todo esto.

Los individuos que toman las grandes decisiones ocupan butacas de cuero en alejados despachos: Microsoft ha decidido contratar los misiles rusos para poner en órbita una nube de satélites de comunicaciones. ¿Tendremos que pagar peaje por cada mensaje de correo electrónico? La clase política norteamericana inicia maniobras para que los dominios .COM (www.xxx.COM) no puedan ser instalados fuera de USA.

Encabezados por el congresista Pickering, alegan que Internet es estadounidense, y no quieren compartir con el resto del mundo algunos privilegios, lo cual es lógico en un país que tampoco paga su cuota a la ONU. Las decisiones son tomadas por magnates a los que no les preocupan nuestras preferencias...

La Red (se escribe en mayúsculas, igual que cualquier divinidad religiosa) nunca ha tenido elecciones. De democracia, nada monada... Internet 1, democracia 0.

La igualdad es otra ilusión óptica. Algunos privilegiados (universitarios, ciertos funcionarios o ejecutivos de empresas) tienen conexión permanente y gratuita; los demás sufrimos un estrecho marcaje por parte de la factura telefónica: si no aprendo a limitarme en las lealtades ciberespaciales, tendré que romper la hucha en la que ahorro unos dineros para la bicicleta nueva.

También hay que considerar a toda la población cuyos recursos económicos no le permite adquirir un ordenador. Y a la hora de elegir un proveedor de acceso... los más baratos son bastante asequibles pero suelen ofrecer peor servicio, con lo que &endash;de nuevo&endash; los menos pudientes están en desventaja... Internet 1, igualdad 0.

El asunto de la libertad es el más espinoso de todos. Resulta sorprendente que cualquiera pueda utilizar Internet transmitir lo que le venga en gana y sin ninguna cortapisa. La mayoría de La Red carece de regulación y no hay forma de evitar que un desaprensivo se cuele en un grupo de noticias sobre literatura para decir que "el próximo mundial de fútbol lo ganará el Atlético Alcoyano".

Puede parecer una nimiedad, pero ese tipo de cosas ocasionan muchos trastornos a la buena gente que hace un uso adecuado de Internet. Además, las diferencias entre las legislaciones de diversos países posibilitan que todos tengan acceso a cualquier información, por reprobable que sea. Y cualquier grupo radical puede iniciar una campaña de acoso y derribo contra otro grupo de ideología diferente.

Cuando la "libertad" de unos es usada como pretexto para arrasar los derechos de los otros... ¿dónde queda la libertad de estos últimos?... Internet 1, libertad 0.

¿Sabemos a qué nos conduce esta loca carrera telecomunicativa? Me pregunto si de veras ésta es la Internet que queremos... o solo es la que nos merecemos. En todo caso, asumir los defectos y los inconvenientes del sistema actual es el primer paso para preparar un futuro mejor.

Nos conviene recordar que el principal problema no es la velocidad a que se transmite la información, sino otros aspectos más humanos que parecen estar bastante olvidados hoy en día.

Esta tarde voy a proponerle al vecino que no encienda el ordenata, que mejor nos vamos a dar un paseo en bici. Tal vez sea una compañía tan estupenda como cualquier otra amistad ciberespacial. La Red puede esperar hasta mañana, fecha en que prometo volver a ser un adorador de las telecomunicaciones, casi casi incondicional.

Saludos y sonrisas.

Antonio Caravantes (mailto:ac@ctv.es) en Salamanca, España.

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Usted puede profundizar en algunas de las ideas aquí expuestas en estos otros Internetips:

Sobre la calidad de contenido, febrero 1999
Desaciertos de comunicación frecuentes en internet, junio 1997

Otros Internetips

La ilusión de los resultados rápidos

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