La vocería es una filosofía
Como parte de la iniciativa 6 cursos para estos tiempos, la sede del Diario EL IMPULSO prestó sus espacios al reconocido asesor empresarial Juan Carlos Jiménez, quien bajo un enfoque dinámico, compartió con los presentes el arte de la comunicación profesional personal, desde la vocería.
Jiménez es autor de libros sobre cómo mejorar las potencialidades empresariales y, enmarcado en ello, definió seis temáticas que permiten a los participantes «obtener herramientas para crecer en tiempos de adversidad”.
«En palabras de los participantes, estos cursos tienen una gran utilidad porque el enfoque es muy práctico y está relacionado con situaciones concretas de la vida real”, comentó Jiménez al conversar sobre la experiencia del día.
«La gente siente que se trata de una experiencia de aprendizaje muy productiva, que deja orientaciones concretas de iniciativas que pueden tomar inmediatamente”, sostuvo el reconocido asesor.
Además, agregó «esa experiencia hace que la gente salga muy satisfecha, los comentarios son muy gentiles”.
En cuanto a la dinámica de la jornada dedicada a la vocería, Jiménez explicó «el curso no tiene enfoque de clase, sino de asesoría, como se hace con las empresas y líderes. Se construye en función de las necesidades específicas de la gente, con esa utilidad práctica”.
«La vocería es una visión muy particular de la comunicación personal”, indicó el asesor. Lo que en contexto refiere a la comunicación profesional cuando se habla del trabajo de los especialistas en comunicación.
Asimismo, Jiménez señaló que se trata de una visión que provee los criterios que hacen falta como profesional, gerente o emprendedor, para comprender mejor «las dinámicas de la comunicación humana y su efectividad”.
«Se piensa que la vocería se trata de hablar en nombre de una empresa”, y «se asocia a quien está frente a los medios, pero hoy se explora un contexto que va mucho más allá como filosofía de vida y de trabajo”, aclaró.
En el curso se abordaron cinco criterios: interesarse por uno mismo y en los demás para inspirar credibilidad; diferenciar entre el proceso de transmitir y generar conocimientos; comunicar lo que se desea que exista, no lo que no se quiere, concentrándose en construir la realidad y las metas; definir una estrategia, y por último, entender que en todo proceso de comunicación se transmite información con las palabras y emociones.
